domingo, 19 de noviembre de 2006

A Boca de Urna: Patricia Sobrevive

Hoy hay elecciones municipales en el Perú y en unos minutos dan el famoso FLASH! informativo.
Oh bueno. Como a mi la politica me interesa medio huevo, no estoy muy enfocada en las noticias.
No estoy muy enfocada en realidad.

Fui a votar caminando por un Miraflores soleado, escuchando Antidote de Mocheeba.... entro al colegio donde se encuentra mi mesa, lista con mi dedo anular derecho cubierto de transparente gomita para que no me manche la tinta indeleble (truco legendario del Dodo)... y voto.


Salgo del salón, y empiezo a bajar las escaleras del colegio rumbo a la calle. De pronto veo, subiendo las escaleras en dirección mia, a alguien de un pasado que parece más un sueño.
Es N.N.
Por la puta madre.
Me mira, lo miro, pero pasa de largo. No me ha reconocido. Y mi corazón se ha subido a un skateboard y ha hecho un 360°.... y se sacó la mierda en el asfalto.

El gentío empuja, y yo tengo que seguir bajando, y él debe seguir subiendo. Nada se detiene.
Esta con un amigo y hablan de la juerga de la noche anterior. Esta más flaco, pero sigue siendo "el chico con la sonrisa más dulce"..... y teniendo ese ventarrón a John Cusack en High Fidelity que me volvía loca. Y loca de atar.

No me ha reconocido.
Fue todo muy rápido. ¿Será que ha pasado tanto tiempo? ¿Será que ya no soy la misma con la que, una mañana, se escapó a todo motor de la ciudad?
Él y yo no nos vemos las caras desde hace más de dos años. Él no tiene por qué saber que mi vida ha dado un vuelco en el último año y medio. Que me corté la melena larga y negra y que tengo ahora el pelo cortito-cortito-cortito. Que esta vez se me nota el corazón roto, en la cara. Que me volví un poco más cínica, muy a pesar mio.

¿Habrán cambiado mis ojos?
Nos cruzamos en la escalera. Yo con la punta del dedo envuelta en papel higiénico para que cualquier exceso de tinta se quede en el papel. Él con las manos limpias y el DNI en las manos sube un peldaño y mientras yo sobreparo, él se pierde en el tumulto de votantes.

A ver: Se las doy masticadita. La escalera, entiéndase como símbolo de la vida, la tinta como símbolo de mi maldita manía de mancharme con el pasado de forma indeleble, por más goma con que me cubra.... y sus manos limpias como prueba que para él ya lo pasado, pasado.

El tiempo se detiene. Pone retro. Era octubre, por lo del Señor de los Milagros en El Pueblo. Soundtrack the Nick Cave and the Bad Seads. Viendo Pink Flamingos en un sofa verde. Todo parece pasar en la vida de otra persona. Momentos en los que lo único que importa es el momento en sí. El momento y todo lo que promete.

Pero en el presente, estoy votando por Castañeda, con asco y todo. Estoy sola caminando por las calles y me pregunto cual va a ser el resultado de todo esto.

Cuando N.N desapareció de mi vida, pensé que algo se perdía en mi tambien. Pero parece que las encuestas a boca de urna, al momento de salir de mi local de votación, dicen que Patricia sobrevivirá. Otra vez.





2 comentarios:

Anónimo dijo...

¿Por qué debiera ser más revelador el hecho de descender de una escalera, y simbolizar la marca indeleble del pasado que la presunción (o más bien afirmación, aunque difícil creerlo con el gentío en plena salida) de que él conversaba de la juerga de la noche anterior? ¿Por qué creerle a la ficción?

Patricia Villanueva dijo...

Por que yo lo escuché claramente contarle a su compañero que la noche anterior (sabado) se había ido a una juerga/reunión.
Si me reconoció y la ficción la armó él, entonces somos los dos unos reverendos idiotas... Hay amistades que son dificiles de retomar por más que se añoren tanto.